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La retinitis pigmentosa actualmente sigue siendo una enfermedad sin posibilidad de curación que conduce a una pérdida irreversible de la función visual. No existe un tratamiento curativo para la retinitis pigmentosa, e históricamente las estrategias de tratamiento se han centrado en un intento de estabilización de la enfermedad.
Un defecto en la vía metabólica del ciclo de los retinoides está implicado en la fisiopatología de la retinitis pigmentosa en un grupo significativo de pacientes y se especula con que la suplementación con retinoides como el beta-caroteno pueda ser beneficiosa. Recientemente la suplementación con 9-cis-beta-caroteno, un precursor del retinol, ha mostrado cierta utilidad en la restauración de la función retiniana en pacientes con retinitis pigmentosa.
En un ensayo reciente se investigaron los efectos de la suplementación de 9-cis-beta -caroteno en la función de la retina de 34 pacientes con retinitis pigmentosa. El estudio fué cruzado, aleatorio y con doble enmascaramiento. Para ser incluidos en el estudio, los pacientes tenían que tener 18 años de edad o más y tener un diagnóstico de retinitis pigmentosa confirmada por el electrorretinograma (ERG ).
Los pacientes asignados al grupo de tratamiento recibieron 300 mg de extracto del alga Dunaliella bardawil que contiene aproximadamente 20 mg de beta-caroteno durante 90 días, y luego tuvieron un período de lavado de 90 días. El diseño cruzado permitió a ambos grupos recibir el tratamiento y permite la comparación en cada paciente de los efectos del placebo y del beta-caroteno.

El objetivo primario fue el estudio de la amplitud de la onda b adaptada a la oscuridad, que sirvió como una medida sensible de la función retiniana. El estudio tuvo una duración de 270 días, que consta de 3 diferentes períodos de 90 días: El tratamiento, el lavado y el placebo (o en orden inverso ). De los 34 participantes originales, 29 completaron el estudio. Hubo una diferencia estadísticamente significativa en la amplitud de la onda b adaptada a la oscuridad entre el grupo de beta-caroteno y el grupo placebo (8,9 mV OD, 7,8 mV OS vs -7,9 mV OD, -3,9 mV OS).
Aunque se observa un resultado beneficioso, varias consideraciones deben mencionarse en la interpretación de estos resultados. La normalidad en la amplitud de la onda b adaptada a la oscuridad es varios cientos de mV, por lo que un aumento promedio de 8,4 mV binocularmente no tiene por que tener implicaciones clínicas importantes. Además, el estudio no encontró diferencias estadísticamente significativas en las medidas de la agudeza visual y del campo visual.
Los pacientes en este estudio no fueron sometidos a análisis genéticos, por lo que es difícil extrapolar los hallazgos que muestran que en alrededor de un tercio de los pacientes se obtuvo algún beneficio, a la población general de pacientes con retinitis pigmentosa. Se necesitan ensayos más amplios para confirmar el beneficio potencial, y un genotipado sin duda sería ventajoso para identificar a los pacientes con el tipo de retinitis pigmentosa con más probabilidades de beneficiarse del tratamiento con beta -caroteno.
Aunque el estudio es pequeño, está muy bien diseñado por lo que los resultados de este estudio representan un paso adelante en el tratamiento de los pacientes con retinitis pigmentosa y abren un camino importante a futuras investigaciones.
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Rotenstreich Y, Belkin M, Sadetzki S: Treatment With 9-cis Beta-Carotene-Rich Powder in Patients With Retinitis Pigmentosa: A Randomized Crossover Trial; JAMA Ophthalmol. 2013;131:985-992.
