La disfunción de glándulas de meibomio es la causa más frecuente de síndrome de ojo seco en la población. En ella se produce una obstrucción y un aumento de la viscosidad de la secreción de estas glándulas que da lugar a una película lagrimal inestable por déficit del componente lipídico lagrimal, que da lugar a un aumento de la evaporación de la misma.
El tratamiento inicial consiste en masajes palpebrales con calor para facilitar la excreción del meibum glandular seguida de limpieza del margen palpebral con toallitas estériles para eliminar los restos de secreciones retenidas e impedir la colonización bacteriana. En casos graves o refractarios se utilizan algunos antibióticos tópicos y/o sistémicos por su efecto antiinflamatorio, inhibidor de metaloproteinasas de matriz (enzimas proinflamatorias), efecto inmunomodulador y efecto antibiótico sobre la flora bacteriana que puede colonizar el margen palpebral en estos casos. Entre ellos los más utilizados son las tetraciclinas, concretamente la doxiciclina, y algunos macrólidos como la azitromicina.
En un estudio publicado en la revista British Journal Ophthalmology por Kashkouli y colaboradores se compara la eficacia y seguridad de estos dos antibióticos por vía oral para el tratamiento de la disfunción de glándulas de meibomio.
Para ello un total de 110 pacientes con disfunción de glándulas de meibomio refractaria a tratamiento conservador fueron aleatorizados a recibir un ciclo de azitromicina (500 mg/24h 1 día y 250 mg/24h 4 días más) o doxiciclina 100mg/24h 1 mes. A la semana, al mes y dos meses se evaluaron los signos (secreción glándulas de meibomio, tapones, hiperemia conjuntival, residuos en margen palpebral, enrojecimiento palpebral, tiempo de ruptura de la película lagrimal y tinción corneal y conjuntival), síntomas (picor, cuerpo extraño, sequedad, quemazón y pesadez palpebral) y los efectos adversos (sobre todo gastrointestinales) del tratamiento.
Los signos y síntomas mejoraron significativamente en ambos grupos. Sin embargo, el grupo de azitromicina mostró menor hiperemia conjuntival y mejor tinción corneal que el grupo de doxiciclina. Además, los efectos adversos gastrointestinales fueron mayores al mes de seguimiento con la doxiciclina y en general la azitromicina mostró mejor satisfacción global.
Por lo tanto, aunque ambos fármacos son efectivos para tratar los signos y síntomas de la disfunción de glándulas de meibomio, la azitromicina podría ser más recomendable por su mejor control de los signos oculares, menor perfil de efectos adversos y menor duración del tratamiento debido a su mayor vida media que la doxiciclina.
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Bibliografía:
Kashkouli MB, Fazel AJ, Kiavash V, Nojomi M, Ghiasian L. Oral azithromycin versus doxycycline in meibomian gland dysfunction: a randomised double-masked open-label clinical trial. Br J Ophthalmol. 2015 Feb;99(2):199-204.