Continuando con el post de la semana anterior, concluiremos hoy con un breve repaso de los test de estereópsis para el análisis del tercer y más fino de los grados de la visión binocular.
Estos test miden la agudeza visual estereoscópica, AVE, que es el umbral de discriminación de profundidad expresado angularmente (en segundos de arco). Existen múltiples opciones en el mercado para realizar este examen. Uno de ellos, muy utilizado es el Titmus. Estos test de estereópsis nos dan una importante información de la binocularidad del niño.
Se realiza de cerca a unos 40cm. de distancia del niño. Se le colocan al paciente emetropizado unas gafas polarizadas.
El test está formado por tres niveles de estereoagudeza: el primero es una imagen de una mosca que al ser vista a través de la gafa polarizada estimula ambas retinas con una cierta disparidad binocular, produciendo así la sensación de profundidad. Pedimos al niño que coja las alas de la mosca, si las ve en profundidad intentará tocarlas delante del plano del test. Este nivel es el más burdo ya que se requiere una estereoagudeza de tan sólo 3000″ de arco.
El segundo nivel lo forman tres lineas de animales para lo cual preguntamos al niño que diga cuál de ellos sobresale por delante de los demás. En éste se miden AVE de 400 a 100″ de arco.
El tercer nivel y por tanto más fino, lo forman 9 grupos de 4 círculos cada uno, dispuestos arriba, abajo, izquierda, derecha. De cada grupo sólo uno de los círculos produce esa sensación de profundidad. Se pregunta al pequeño qué círculo es el que sobresale de cada uno de los 9 grupos y se anota hasta el que es capaz de discernir. En este nivel medimos AVE desde 800 hasta 40″ de arco.
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