Como ya os adelantamos en el blog anterior a la hora de realizar cualquier tipo de tarea, se requiere, un nivel de ILUMINACION equilibrado, en función de las exigencias visuales de la tarea a realizar y de las características del sistema visual de la persona que la realiza. Se deben evitar los reflejos, deslumbramientos, brillos excesivos, las luces intermitentes y mal contrastadas. Incluso es importante usar combinaciones de colores apropiados. El rendimiento visual dependerá tanto de la calidad del sistema visual de la persona como de las condiciones bajo las que se esté utilizando dicho sistema.
• Insuficiente. Puede causar astenopia, dolor de cabeza y problemas en la visión binocular. Puede hacernos adoptar posturas incorrectas a fin de aprovechar al máximo la cantidad de iluminación útil provocándonos problemas físicos.
• Con deslumbramientos. Puede causar astenopia, cefaleas, problemas binoculares e incluso posimágenes persistentes que provoquen visión borrosa de forma temporal.
• Con reflejos. Puede hacer que no podamos interpretar o realizar de forma correcta parte de nuestra tarea.
Cuando la iluminación es adecuada, en condiciones fotópicas, la pupila se cierra para minimizar el efecto de las aberraciones ópticas y se consigue todo el potencial de la visión del color y del detalle.
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