La coriorretinopatía serosa central es una enfermedad caracterizada por el acúmulo de líquido debajo de la retina. Aunque no se conoce bien su causa, sabemos inequívocamente que se relaciona con situaciones de stress y con la administración de ciertos medicamentos (corticoesteroides).
La mayor parte de las veces el líquido se reabsorbe espontáneamente y no afecta a la visión. Sin embargo, en algunos casos el líquido persiste varios meses y puede conllevar una pérdida visual severa debida a cambios tales como edema macular cistoide, atrofia foveal, daño en la capa de los fotorreceptores o descompensación permanente del epitelio pigmentario de la retina.
Es relativamente frecuente en nuestro medio y ya os hemos comentado los últimos avances en su tratamiento en otras entradas de este blog (terapia fotodinámica, fármacos antiangiogénicos). Ambos tratamientos se aplican para disminuir el aumento de la permeabilidad de la capa coriocapilar (una capa vascular situada debajo de la retina) que existe en esta enfermedad.
El Dr. SH Bae y colaboradores han realizado un estudio comparativo entre la terapia fotodinámica y ranibizumab como tratamiento de esta enfermedad (Am J Ophthalmol, 2011). Aunque es un estudio piloto con pocos pacientes (16) y un seguimiento pequeño (6 meses) nos parece interesante sobre todo porque plantea la posibilidad de un tratamiento combinado.
Encontraron que la terapia fotodinámica conlleva mejores
resultados anatómicos (es decir, desaparición del líquido medido con
OCT) aunque no consigue una mejoría en la agudeza visual significativa, mientras que las inyecciones de ranibizumab (3 inyecciones, una cada mes) conllevan
peores resultados anatómicos pero se acompañan de mejor recuperación de
agudeza visual.
Los pacientes que no respondieron a la terapia fotodinámica fueron
luego tratados con ranibizumab intravítreo. Del mismo modo, aquellos pacientes
que no respondieron a las inyecciones intravítreas de ranibizumab, fueron
tratados con terapia fotodinámica. En ambos casos, muchos de los
pacientes experimentaron mejoría.
Cabría pensar que la terapia fotodinámica es más efectiva para conseguir el cierre de la coriocapilar y una disminución de la perfusión coroidea, aunque puede conllevar daños que impidan una mayor recuperación de agudeza visual tales como atrofia del epitelio pigmentario o isquemia (falta de riego sanguíneo) de la coriocapilar. Por este motivo es posible que, al disminuir la “agresividad” de la terapia fotodinámica combinándola con inyecciones de antiangiogénicos, el tratamiento de elección sea una terapia combinada.
Os presentamos un caso atendido en nuestra clínica en el que podéis apreciar la desaparición del líquido subretiniano tras ser tratado con terapia fotodinámica en 3 ocasiones. La agudeza visual mejoró de de 0,6 a 0,9, permaneciendo estable sin requerir nuevos tratamientos durante un seguimiento de 3 años.
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