Durante muchos años se ha observado que existe poca incidencia de retinopatía diabética en los pacientes con miopía en especial aquellos con alta miopía. Se han propuesto diferentes mecanismos que pudiesen justificar esta observación. Se ha observado un alargamiento y estrechamiento de los vasos retinianos en los pacientes miopes, demostrando 1.3% de estrechamiento por dioptría de incremento en miopía. Por lo tanto el resultado sería que en la miopía existe un flujo sanguíneo más largo a través del árbol capilar, disminuyendo así la presión real de la microcirculación y protegiendo así el daño del lecho capilar por la disminución de las fuerzas hidrostáticas.
En ese sentido, recientemente se publicó un articulo por la academia americana de oftalmología (1), donde se ha estudiado si existe una correlación negativa en pacientes asiáticos a desarrollar retinopatía diabética. Se estudiaron 13 424 pacientes de los cuales 1685 tenían diagnosticado diabetes mellitus, 168 pacientes con retinopatía diabética (9,8%). En los resultados se encontró que la miopía se asoció negativamente con el desarrollo de la retinopatía diabética (odds ratio [OR]) 0,42; 95% intervalo de confianza 0,8-0,97 en la miopía leve (-1.0 D a -2.99D), así como (OR) 0,14; 95% intervalo de confianza 0,02 -0.88 en la miopía moderada a alta miopía (<-3.0D). Además por cada 1 dioptría de incremento en el equivalente esférico, se tuvo un 30% de incremento a tener algún grado de retinopatía diabética.
Existe aún controversia de acuerdo a los posibles mecanismos protectores en la miopía. Incluso en otra publicación se demostró que el flujo sanguíneo capilar no se relacionaba con la longitud axial o en la incidencia de la retinopatía diabética (2). Sin embargo en este estudio se ha podido encontrar que el estatus miópico está asociado a una significativamente menor probabilidad en desarrollo de retinopatía diabética.
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Bibliografía
2.- Man RE, Sasongko MB, Xie J, et al. Decreased retinal capillary flow is not a mediator of the protective myopiadiabetic retinopathy relationship. Invest Ophthalmol Vis Sci 2014;55(10):6901–6907.
