La coriorretinopatía serosa central (CSC) es una enfermedad frecuente de la retina que conlleva episodios frecuentes de acúmulo de líquido por debajo de la retina. Dicho líquido conlleva una pérdida de visión en general moderada, aunque a veces, sobre todo si los ataques se repiten a menudo, puede ser grave.
Los ataques por lo general son autolimitados y desaparecen en poco tiempo. Sabemos que esta enfermedad está provocada por el estrés. Al parecer, situaciones de estrés provocan una liberación en el organismo de hormonas esteroides y catecolaminas que aumentan la permeabilidad de la capa vascular adyacente a la retina (coriocapilar).
Por este motivo, una de las primeras premisas en el tratamiento de estos pacientes es evitar situaciones de stress. Muchas veces, prescribimos benzodiacepinas para el tratamiento del stress y la mejoría suele ser la regla (desaparece el líquido y mejora la visión).
Asimismo es importante que el paciente evite medicaciones en cuya composición figuren los corticoides o drogas simpáticomiméticas. Esto es importante para cualquier forma de administración (sprays nasales,cremas, etc.). Nosotros hemos atendido en nuestra clínica un paciente con esta enfermedad desencadenada por infiltraciones de esteroides en la rodilla.
Sin embargo, existen pacientes en los que el líquido subretiniano persiste durante meses. En estos casos se puede considerar el tratamiento con láser de la zona donde el líquido se filtra debajo de la retina (aunque no siempre es posible). Más recientemente se ha empleado, en los casos crónicos, la terapia fotodinámica.
En la última reunión de la Academia Americana de Oftalmología en Chicago, el Dr. Kirk Paco ha presentado un caso muy curioso de un paciente con CSC crónica que fue tratado satisfactoriamente con rifampicina (un fármaco que se utiliza habitualmente como tratamiento de la tuberculosis). Este paciente presentaba una enfermedad de la retina en la que su grupo dudaba que estuviera causado por tuberculosis o que fuera debido a CSC. Fue tratado para la tuberculosis con varios medicamentos durante un tiempo y el líquido desapareció. Al suspender el tratamiento, el cuadro recidivó. De nuevo instauraron tratamiento para la tuberculosis con varios fármacos y de nuevo desapareció el líquido subretiniano, pero al suspender el tratamiento, de nuevo volvió a aparecer.
Llegados a este punto, empezaron a considerar que la causa no era la tuberculosis y que uno de los fármacos administrados tenía un efecto beneficioso. Revisando los medicamentos que habían administrado, encontraron en la literatura científica que la rifampicina tenía la capaciadad de disminuir la producción de esteroides endógenos. Le administraron de nuevo rifampicina únicamente y el líquido desapareció.
Desde entonces han tratado satisfactoriamente a varios pacientes de CSC con rifampicina a una dosis de 600 mg/día durante una a cuatro semanas.
Como muchas veces ocurre en la Medicina, el azar abre nuevas vías de investigación. Aunque se necesitan estudios, la rifampicina podría ser útil en algunas formas de CSC, sobre todo la crónica.