La oclusión de arteria central de la retina es uno de los acontecimientos más dramáticos a los que se puede enfrentar un oftalmólogo. Supone la pérdida de visión prácticamente completa e irreversible del paciente no existiendo además ningún tratamiento que haya probado su eficacia.
Nos ha llamado la atención el artículo publicado en la revista Investigative Ophthalmology and Visual Science en abril de este año por el Dr. Y. Takay y colaboradores de la Universidad de Izumo (Japón), en el que obtienen una recuperación de la visión significativa en una serie de pacientes afectados de oclusión de arteria cenral de la retina mediante tratamiento sitémico con prostaglandina E1.
Una serie de 10 ojos (nueve pacientes; edad media de 61.3 años) fueron tratados con inyección intravenosa de 40 microgramos de prostaglandina E1 2 veces al día durante 5 días seguido de prostaglandina E1 oral (30 microgramos/día dividido en 3 dosis) durante al menos 1 mes.
La media del tiempo transcurrido al iniciar el tratamiento fue de 7.1 horas (rango 1-18 horas). La mejoría en la agudeza visual fue de logMAR de 2.67 +/- 0.54 basal hasta 0.52 +/- 0.62 al mes de iniciar el tratamiento. La mejoría en la agudeza visual se correlacionó negativamente con el tiempo de demora en en el inicio del tratamiento pero no se correlacionó con la edad y el sexo.
En 4 ojos además midieron el calibre de los vasos sanguíneos mediante fotografías seriadas de la retina, encontrando un aumento del calibre del 151.1 % en las arterias y del 191.0% en las venas 1 día después de iniciar el tratamiento.
Concluyen que la administración sistémica de prostaglandina E1 podría ser útil en el tratamiento de la oclusión aguda de la arteria central de la retina por sus efectos vasodilatadores, mejorando la agudeza visual, siendo bien tolerada con pocos efectos secundarios y sin requerir un aprendizaje especial.
La prostaglandina E1 está comercializada como fármaco se uso hospitalario para el tratamiento de la disfunción eréctil y del conducto arterioso persistente. Tiene un potente efecto vasodilatador y también se ha investigado en la isquemia intestinal.
Aunque es una serie pequeña que requiere ser contrastada con un número mayor de pacientes, esperamos que se confirme por fin algún tratamiento efectivo para esta enfermedad tan grave.
Recordamos que, además, en estos casos es mandatorio realizar un estudio urgente de las válvulas cardíacas mediante ecografía y de las carótidas del cuello mediante doppler para descartar un foco embolígeno que pudiera poner en peligro la vida.
Si tienes alguna pregunta, duda o comentario, puedes realizarlos en nuestro muro de facebook: