Así como crecen lunares en la piel, pueden crecer lunares dentro del ojo, también llamados “nevo” que es un crecimiento benigno y pigmentado común en el ojo, similar a un lunar en la piel. Puede ocurrir en la parte frontal del ojo, alrededor del iris (parte coloreada del ojo), o debajo de la retina en la parte posterior.
Y así como los lunares en la piel, los nevos pueden llegar a convertirse en melanoma. Y como todo lo que rodea a esta palabra suele causarnos cierto estupor, debemos estar atentos sin alarmarnos.
Por esta razón, su oftalmólogo debe realizar un examen oftalmológico completo que incluya estudio de presión intraocular y, examen funduscópico y examinar su ojo regularmente (por lo menos cada seis meses) .Muy importante, tomar fotografías con el fin de documentar cualquier cambio en el tamaño del nevo.
Ocasionalmente, un melanoma puede parecerse a un nevo. Pero este suele ser relativamente estable y es improbable que muestre cambios en un período tan corto de tiempo, lo que excluye la posibilidad de que haya un melanoma.
La mayoría de los nevos son benignos y es poco probable que causen problemas. Durante el diagnóstico de un nevo, su Oftalmólogo querrá determinar si éste muestra posibles características que sugieran un riesgo de conversión a melanoma.
Otros factores predisponentes que se han identificado incluyen exposición a radiación ultravioleta , factores genéticos, presencia de lunares en el ojo o enfermedades sistémicas como la neurofibromatosis. Hasta donde se tiene conocimiento, no existe ninguna manera de prevenir la aparición del melanoma ocular.
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BIBLIOGRAFIA:
Shields CL, Shields JA, De Potter P, et al.: Diffuse choroidal melanoma. Clinical features predictive of metastasis. Arch Ophthalmol 11
Ota M. Nevus fusco-caeruleus ophthalmomaxillaris. Tokyo Med J. 1939; 6: 1243-1245.